lunes, 31 de julio de 2017

Mi carta de presentación





Ayer leí una noticia breve en la que se decía que la carta de presentación que acompaña a los CV es muy importante porque te permite distinguirte de los demás. No le di mayor importancia. Sin embargo, esto me llevó a pensar qué clase de carta escribiría ahora mismo, tras estos años de doctorado. Y esto es lo que, con total libertad y poca edición posterior escribí:








Querido empleador:

Seguramente no tengo el perfil tradicional de alguien que solicitaría este puesto de trabajo. Sin embargo, he presentado mi CV y esta carta porque considero que reúno las cualidades y características idóneos para desempeñar este trabajo de forma competente.

He aprendido que todas las tareas, incluso las más pequeñas, deben realizarse de tal forma que cualquier persona –otro miembro de la empresa o tú mismo dentro de unos meses—sea capaz de continuarla. Así la coordinación y compenetración del equipo es mayor.

Aunque siempre hay personas en el equipo que sobresalen por sus capacidades –generalmente, ocupan puestos de responsabilidad—es importante no dejar a nadie atrás. Cada persona tiene una perspectiva única y, además, un ambiente positivo que involucra todos genera rendimientos crecientes.

He realizado mis estudios de doctorado en una universidad que, dados los rankings internacionales, puede ser calificada como corriente. No he dispuesto de los recursos (cursos, seminarios…) ni de la plataforma organizativa de las mejores universidades. Esto me ha hecho ser una persona mucho más humilde de lo que era cuando terminé la carrera con matrícula de honor y me ha hecho desarrollar una actitud muy necesaria en el mundo laboral privado: si no cuentas con todos los recursos que te gustaría, reconócelo, no te quejes y sé creativo. Haz lo que puedas para solucionarlo.

Durante el doctorado he desarrollado aptitudes como la disciplina, saber formular las preguntas adecuadas y el crear las estrategias para darles respuesta. He aprendido que lo más importante no es hallar la respuesta a un problema o crear la mejor propuesta para un proyecto. Lo más importante es saber comunicarlo y convencer con tu discurso a tu interlocutor. Esto sirve para vender un producto o para pedir un proyecto. Pero también es algo que debe impregnar al conjunto del sistema: en muchas ocasiones, un título de doctor trae consigo la creencia de que tú lo sabes todo y que, si los demás no lo entienden, simplemente son tontos. O sólo te relacionas con los “expertos de tu tema” y acabáis formando un ecosistema cerrado. Frente a esto, la actitud que debe prevalecer es integrar al mayor número posible de personas.

Finalmente, quiero destacar que he aprendido a desenvolverme en un ambiente laboral complicado como es el académico, sin tareas concretas asignadas y donde las relaciones de poder pueden llegar a asemejarse mucho al antiguo régimen gremial de la Edad Media. En la mayoría de las ocasiones, una actitud humilde y sincera –estar dispuesto a aprender de todos los que te rodean—es la clave para lograr un ambiente favorable en el que todos pueden sacar beneficio.

Quedo a la espera de concertar una entrevista para que puedan conocerme mejor.

Dallas

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Actualización a día 19 de diciembre de 2017 (fun, fun, fun)




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