Sobre mí


Profesionalmente...






Personalmente...


Me resulta complicado definirme ideológicamente. Me gusta el socialismo de Erich Fromm, muy humanista y muy lejano del socialismo comúnmente conocido. Hasta el momento, elegiría como libro de cabecera Las cadenas de la ilusiónSoy partidaria de la libertad individual pregonada por el capitalismo siempre que se conjugue con las obligaciones morales básicas. Habría dicho “con las obligaciones que impone el cristianismo” pero es que las tres religiones monoteístas coinciden en lo esencial: no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti mismoSe trata de un principio muy amplio, que abarca desde formas más humanas de gestionar las empresas (sin tener que renunciar a los beneficios económicos) y la necesidad de respetar el medio ambiente (productos ecológicos, no modificados genéticamente, producción local). 

Abogo por un cambio que recupere un sistema en el que podemos vivir como seres humanos, pero rechazo los medios revolucionarios. Paso a paso, individuo a individuo. Siempre teniendo en cuenta lo que dijo Saramago “He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro”. Me siento cercana al testimonio de esta persona en lo que se refiere al consumo y al estilo de vida, aunque no me considero precaria. 




¿Por qué me llamo Dallas en este blog? Por uno de los personajes de la película La diligencia (Stagecoach, 1939) de John Ford. Esta sencilla película me cautivó con su frase final. Cuando la prostituta y el presidiario se marchan felizmente, el médico borracho le dice al sheriff Curly: “Bueno, ya se han librado de las ventajas de la civilización”.


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