“Para tener éxito no tienes que hacer cosas extraordinarias. Haz cosas ordinarias extraordinariamente bien.”
Efectivamente, algo tan “ordinario” como la forma en la que nos expresamos al presentarnos a nosotros mismos y/o a nuestra empresa es fundamental para causar una buena impresión y poder establecer una relación duradera con nuestros clientes y colaboradores.
¿Cómo realizo el contacto inicial? ¿Por teléfono, correo electrónico, a través de una tercera persona? ¿Con cuánta antelación? ¿Cómo saludo a mi interlocutor? ¿Le doy la mano? ¿A cuánta distancia debo mantenerme? ¿Debo comportarme de forma diferente si trato con una mujer? Si hay varios interlocutores ¿en qué orden me dirijo a ellos? ¿Qué debe incluir mi tarjeta? ¿Cómo la entrego? ¿Un pequeño regalo será bien recibido?